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A pesar de los titulares de los medios de comunicación en torno a los mandatos de vuelta a la oficina, sólo el 37% de los empleados trabaja en la oficina a tiempo completo, y el trabajo híbrido y a distancia se está convirtiendo en una práctica habitual. 

Los responsables de contratación se enfrentan a una escasez de talentos: el 86% de los directores de recursos humanos afirma tener dificultades para encontrar candidatos cualificados. Pero mientras muchos apuntan a las carencias de competencias y a las cambiantes expectativas de los trabajadores, hay otro problema que pasa desapercibido: el propio proceso de contratación.

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La cultura corporativa determina la forma en que los empleados interactúan, colaboran y se alinean con los objetivos de una empresa. La importancia de esta cultura es evidente: es el segundo factor más importante que tienen en cuenta los candidatos a la hora de elegir una empresa.

Casi la mitad de las empresas operan de forma totalmente remota o a distancia, lo que está transformando la forma en que los equipos contratan y evalúan el talento. Aunque las entrevistas tradicionales en persona y los currículos en papel siguen teniendo su lugar, la contratación actual exige cada vez más herramientas que funcionen más allá de las zonas horarias y las fronteras. Los equipos de talento deben verificar la compatibilidad tecnológica, mantener los estándares de compromiso y evaluar a los candidatos que nunca conocerán en persona.